miércoles, 13 de marzo de 2013

El perfecto Casado. Capítulo 3


Ya era muy tarde, los cinco hombres obesos se fueron como pudieron y Lulú ya estaba disponible en su totalidad para Carmelo, Ricardo se fue con Lira y yo tenia que acompañar a Rodrigo a casa, porque tantos tragos de oso nunca fueron buenos. Deje a Antonio hablando con Sandra, toda la noche conversando y que si escuchito por aquí, caricia por allá, recordando viejos tiempos, contando las nuevas, o simplemente hablando del tiempo, no me importaba, Antonio tenia todo el derecho a disfrutar, era su ultimo día y creo que eso no le gustaba. De repente cuando abrí la puerta del Dulce Reggina para salir con Rodrigo, Antonio se levantó, dio un beso a Sandra diciéndole algo al oído y se fue conmigo.


Entramos en casa de Rodrigo, pasamos a su habitación, le tiramos en la cama, llevaba dormido ya un buen rato, y mientras le quitaba las botas mire a Antonio con intención. Sabia por donde iban los tiros y me dijo que solo recordaron viejos tiempos, que la contó su experiencia en la ciudad y lo maravillosa que era su prometida. Le lance una segunda mirada a la que respondió diciendo que no pretendía nada, que amaba a Claudia y que el día que venia seria el más feliz de su vida porque se casaría. Finalmente sonreí y seguí quitándole las botas a Rodrigo, mientras continuaba diciéndome que Claudia era lo más importante para él, que echaba mucho de menos a Sandra por lo que significó para él en el pasado pero insistiendo en que ahora Claudia era lo más importante.


Salimos de la casa, entré en el coche y le ofrecí a Antonio llevarle a la suya,  no quería, necesitaba caminar y pensar. Le lance otra mirada a la que no respondió, solo sacó del bolsillo una caja pequeña y roja y me la dio, era el anillo; sonreí, le mire, arranque el coche y me fui. Mientras me alejaba vi la misma escena que unas horas después se repetiría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario